viernes, 29 de diciembre de 2017

          Cien bares y…
Cien bares y una sola copa.
Grande.
Única.
Todos beben de ella y yo también.
En un sólo parpadeo:
Se inclina.
Se dobla.
Se arruga.
Está casi vacía, casi...
Borracho de vida,
 veo como se derriten los bares
 que ofrecían sus techos.
Sonríen los cielos que los cobijan.
Inundados en el vino,
sin mirar, nos estamos yendo.
En el caos,
 otros cien bares surgen
y una nueva copa se yergue.
Algunos ya comenzaron a beber.
      Saúl Buk 29-12-2018


domingo, 24 de diciembre de 2017

              Otra vez será
Se estremecieron, las que parecían
desocupadas sillas del bar.
Miré a los agitados fantasmas.
Cada uno en su asiento,
hacía equilibrio para no derramar el café.
Yo ya no estaba sólo.
Desde sus agujeros me sonrieron
 aquellas sábanas blancas.
Ellos veían venir
a la chica del pantalón blanco
que ansiosa observaba las paredes;
 y yo a ella.
¿Intuían que se sentaría a mi lado?
Se acomodó en la mesa vecina.
Esperé.
Extrajo el cable del celular
y lo ensartó con rabia
en el único enchufe que encontró.
Tuve suficiente motivo para ponerme triste.
Choqué tan fuerte mis dos pares de pestañas
que tal vez hicieron ruido.
Desilusionado, abrí mis persianas,
pero ya era tarde.
         Saúl Buk   18-12-2017



lunes, 27 de noviembre de 2017

      Nos soñamos
Esta noche te soñé.
Quedé impregnado de tu imagen.
No, no estaban ausentes:
tu pollera blanca plisada
y  tu camisa azul.
Cuando desperté,
alegre me miré en el espejo
y pensé:
“ no puede ser”.
Entonces…Cayeron mis ya pesados párpados.
Igual te vi.
El brillo de tus ojos,
reveló que me estabas soñando.
En silencio,
se unieron nuestras manos
y  caminamos sin destino fijo,
hacia ese lugar encantado,
en el cual nadie podrá
separarnos  jamás.

       Saúl Buk   14-11-2018
                                                                 FE Y RAZON
 Tanto Abraham, por la fe, como Spinoza por la razón, creyeron en su existencia.
¿Tendrían más neuronas abocadas?
Nosotros que íbamos a ser como ángeles, utilizamos tan sólo un mínimo de nuestro cerebro.
Terrenal, humano y tonto.
¿No nos dimos cuenta que no alcanza para interpretar su dimensión?
Pasarán millones de años hasta que utilicemos, sólo para bien, el relleno de nuestra calota.
O tal vez se cumplirán algunas condiciones especiales… y vendrá alguien del pasado-futuro,
a explicar que el espíritu original se transforma en materia y que transcurrido un tiempo,
ésta deviene nuevamente en energía.
Círculo sin principio ni final aparente.
Tendremos, en ese incierto instante, nuestra oportunidad de descubrir la verdad absoluta.

               Saúl Buk  23-11-2017

domingo, 5 de noviembre de 2017

                            N.Y.
De las calles cubiertas de sucio alquitrán,
emerge el tibio vapor blanco
que escupe la escondida roca.
Fantasmas desdibujados
pasan por detrás de esa nube vertical.
Un crisol humano corre.
Hablan solos y gesticulan.
El líquido café en una mano,
El duro celular en la otra.
Manos calientes. Manos frías.
Oídos sordos al ruido de las ambulancias,
al aullido de los bomberos,
al chirrido de los motores.
Mientras transpiran,
cada uno cree que el mundo gira a su alrededor.
Dime algo de color.
Dólar, me respondió.
Y se fue apurado.
Time is Money, dijo Franklin.
Todos respetan el axioma.
Time Square. Muy square.
Así son.

        Saúl Buk  2-11-2018

sábado, 23 de septiembre de 2017

                La señora de gris
La señora de gris está sola.
Soporta  las arrugas de sus vencidas mejillas.
Parece que piensa
o tal vez hay recuerdos
debajo de los blancos hilos que bordan su cabeza.
Se acomoda en su silla
y sus ojos buscan compañía
mientras se enfría su cafecito.
Extrae de su ajada cartera negra
un celular del mismo color.
Lo abraza fuerte con la izquierda.
Con un solo dedo
gatilla las teclas que portan las letras.
No puedo ver el texto.
Ella sonríe.
¿Encontró un compañero de plástico?
Creo que no.
Atrapa su pera con las líneas de las manos.
Sigue con esfuerzo la trayectoria del mozo.
Luego les baja el telón a sus rendidas pupilas.

      Saúl Buk   22-09-2017
                La señora de gris
La señora de gris está sola.
Soporta  las arrugas de sus vencidas mejillas.
Parece que piensa
o tal vez hay recuerdos
debajo de los blancos hilos que bordan su cabeza.
Se acomoda en su silla
y sus ojos buscan compañía
mientras se enfría su cafecito.
Extrae de su ajada cartera negra
un celular del mismo color.
Lo abraza fuerte con la izquierda.
Con un solo dedo
gatilla las teclas que portan las letras.
No puedo ver el texto.
Ella sonríe.
¿Encontró un compañero de plástico?
Creo que no.
Atrapa su pera con las líneas de las manos.
Sigue con esfuerzo la trayectoria del mozo.
Luego les baja el telón a sus rendidas pupilas.

      Saúl Buk   22-09-2017

jueves, 7 de septiembre de 2017

           El libro blanco
Amaneciendo. Abrí mis ojos.
Me encandiló un texto blanco.
Se abrió en sus páginas sin letras,
Repetía y repetía:
“el pasado ya fue,
el presente no existe,
y el futuro es incierto”.
¡Desconcertante!
Todos nacemos con un libro escrito.
¿Seremos el sueño de alguien?
¿O tal vez un holograma?
Somos un mínimo de infinito condensado.
Para cerrar un nuevo círculo,
pasaremos la barrera,
 sin consentimiento y sin conciencia.
De ¿materia a energía pura?
El libro blanco lo aclara
con letras que yo no puedo leer.
Todavía.

         Saúl Buk 06-09-2017

sábado, 12 de agosto de 2017

                  Resiliencia
Detrás de la vidriera
del café del primer piso,
veo el cielo gris.
Pesado cobertor color plomo.
Techos de colectivos
con sus números cabalísticos en movimiento.
El semáforo que interrumpe sin permiso
mis ideas:
Peligro, cuidado, avance.
No me da tiempo.
Tan rápido no puedo.
Trato de coincidir con esas luces.
Rojo, amarillo, verde.
Mis neuronas peligran.
Se ponen ictéricas
y luego marchan.
¿Hacia dónde?
Busco tranquilidad
En la cúpula del color intermedio.
Ahora oscurece.
Llueve.
Me lava los pensamientos.
No puedo salir de la ancha franja
en la que se mueve mi libre albedrío.

        Saúl Buk  11-08-2017

sábado, 22 de julio de 2017

   Como Animal Inconsciente Nació
              (CAÍN)
Al recibir Abel el golpe,
Caín manchó sus manos con sangre.
Ignoraba que su hermano moriría.
El agresor tomó consciencia
y trató de esconderse.
Ante la pregunta, respondió:
“¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?”.
 La tierra que estaba ausente de muertes,
fue teñida de rojo.
Gritó y fue escuchada.
Si asesinas a un hombre
con premeditación,
eliminas su humanidad y su linaje.  
A partir de aquella tragedia,
todos los Caínes sabían y saben.
Son culpables.
Entendimiento, tolerancia y comprensión,
para vivir en un mundo de paz.
Al fusil, arado.
Al león, cordero.
            Saúl Buk  11-07-2017
           Buenos Aires- Argentina

domingo, 9 de julio de 2017

           Demediado
Soy el hombre de gris
que está parado en la puerta.
Pasan a mi lado y nadie me saluda.
Algunos se ríen.
¿Se ríen de mí?
Otros  lloran.
¿Lloran  por mí?
Atravieso mi día pensando.
No encuentro la respuesta.
Todo cambia al llegar  a mi casa.
Mi esposa me recibe con un: “hola amor”.
Mis hijos me abrazan y gritan:
“Te queremos papá”.
Mi mitad regocijada
se enfrenta con la otra.
Ambas sonríen, porque saben que soy uno.

          Saúl Buk   06-07-2017
           Demediado
Soy el hombre de gris
que está parado en la puerta.
Pasan a mi lado y nadie me saluda.
Algunos se ríen.
¿Se ríen de mí?
Otros  lloran.
¿Lloran  por mí?
Atravieso mi día pensando.
No encuentro la respuesta.
Todo cambia al llegar  a mi casa.
Mi esposa me recibe con un: “hola amor”.
Mis hijos me abrazan y gritan:
“Te queremos papá”.
Mi mitad regocijada
se enfrenta con la otra.
Ambas sonríen, porque saben que soy uno.

          Saúl Buk   06-07-2017

lunes, 19 de junio de 2017

              Duda
                     ( Cuentema)
Con paso cansino ingreso al café.
Mi única intención: leer el diario.
Busco, rebusco y no lo encuentro.
Los periódicos están ocupados
vomitando letras negras, muy negras.
Mi mirada de águila sobrevuela,
recorre todas las mesas.
Me detengo iluminado por un rayo.
Se produjo el milagro:
hay un señor con su dedo índice
clavado en la última página.
Me siento a su lado, lo más cerca que puedo.
Viene una señora de negro.
Me mira.
Apoya su mano sobre la mesa
que está a mi derecha.
Pide su té con leche.
Deja su cartera sobre la silla.
Observa y va directo al tipo.
¿A qué tipo?
Al que está leyendo “mi diario”.
− Señor, disculpe, no se apure,
pero cuando lo termina ¿me lo pasa?,
yo estoy sentada al lado del señor que está…
(esperando que usted finalice su lectura)
Y me señala.
Me complicó la muy degenerada.
− Camarero, suspendo mi café, me voy.
− Ya está hecho, señor.
Ahora, les pregunto:
¿Qué hago?

       Saúl Buk 18-06-2017

domingo, 11 de junio de 2017

       Extraña sensación
Me siento frente al ordenador,
lo enciendo y me doy cuenta de algo.
¿De qué?
De que estoy sólo.
Ellos están todos en el fondo de pantalla,
me sonríen desde la foto.
Descubro que hasta mi figura
se encuentra en esa imagen.
Reconozco que me río de mi mismo.
No lo puedo creer.
Los abrazo con mi mente y mi mirada.
Confundido, recorro los cuadros que pinté,
los grabados y las esculturas
en las que puse mi empeño,
los vidrios que fundí
y las carpetas de cuentos y poemas.
Estrecho a todos y todo contra mi pecho.
Suena el timbre.
No contesto.
Insiste… Insiste hasta el cansancio.
¡Adelante!
Y para mi asombro,
me rodean mis trabajos,
se despegan todos mis seres queridos.
Vienen a mi encuentro.
La pantalla queda en blanco.
Yo también.
No, no estoy sólo.
¡ Aleluya!

      Saúl Buk   06-06-2017

lunes, 22 de mayo de 2017

     Arrullo
Contame un cuento, amor,
antes de que me duerma.  
Que comience con “había una vez”,
como si fuera un niño.
No te detengas.
Si se clausuran mis párpados
te seguiré oyendo;
aunque la noche oscurezca el alba
que se estaba pariendo.                          
Sigue contando nuestro cuento.
Con tu deseo de hacerlo
y tu coraje de hembra.
Yo siempre estaré pendiente
de ese final abierto.

    Saúl Buk 21-05-2017

sábado, 13 de mayo de 2017

    Muy mía
Me falla el olvido,
solo puedo recordarte.
La memoria me traiciona.
Te armo, te desarmo y te vuelvo a armar.
Siempre estás ahí.
Delante de mis ojos,
 te veo sonreír
y de a pares las lágrimas ruedan
por mis húmedas mejillas.
Te escucho, decir  palabrasdeamor
que no quisiera oír.
O sí.
Paladeo el salitre dulzón de tu piel.
Huelo tus perfumes alilados.
Y por las noches,
te acaricio y tiemblo.
Dios mío, devuélvemela.
No vivo para recordarla.
Quiero  tenerla.

  Saúl Buk     11-05-2017

jueves, 11 de mayo de 2017

             Otoño
¿Qué hago con el viento?
¿Y qué hago con la hoja?
Dejo al viento que la empuje
y la haga bailar.
Que la gire, la dé vuelta,
la acueste, la acomode.
Ella, frágil, concede
y disfruta de su liviandad.
El viento que sopla feroz,
la va alejando.
Da grandes volteretas
y a pesar mío, se pierde.
El céfiro ahora ruge.
Pero ella, doncella al fin,
desaparece.
¿Y qué hago ahora?
Busco su forma entre las nubes,
a veces más allá.
La disfruto, pensando.
Mendigo  en mi consciencia.
Si la encuentro,
a pesar del otoño,
será mía para siempre
y ya nadie me la podrá quitar.
.

     Saúl Buk  05-05-2017
Nolo contendere (1)

Por la nebulosa Paris, ciudad lúes por excelencia,
van juntos sin presencia
el dandy y la meretriz.
Vestimenta como emblema:
Saco de letras, camisa de palabras,
pantalón de frases, chaleco de poemas,
zapatos en prosa y corbata de poeta.
Ella nada, qué importa lo que lleva.
Solo por un rato lo acompaña.
El siempre la desdeña.
Más la odia; más se eleva.
Él, a su muerte, desciende a la tumba.
Ve azorado y perplejo un regimiento de gusanos,
todos en fila y erectos.
Primero, ellos degluten sus letras
Se deforman e intoxican por eso.
Finalizada esta tarea, hay otro ejército sabueso.
Es lógico que así sea,
ya que al leer sus poemas, raros, oscuros, e inmundos,
una flor del mal prospera.
La flor maldita se hunde en la fosa sin sentido.
Así transforma lo podrido
en letra, palabra, alimento.
De gusanos hambrientos que comen,
y tendrán para hacerlo siempre.
Que haya un lector atrevido,
tonto y empedernido, deseo.
El dandy yaciente y oculto,
no tendrá descanso; solo hastío.
Aunque no lo creas, puede ser,
amigo, hermano, Charles Baudelaire.

                                            Saul Buk,                     
 Junio 2010.-2017

(1) Nolo Contendere, del latín “no lo discuto”


lunes, 1 de mayo de 2017

        Bulimia musical
Inquieta, batuta en mano,
la soprano- directora
lanzaba sus agudos al aire
y gesticulaba con insólita fuerza.
El público se reía.  
Deliraba ante la reiterada cacofonía.
Muy glotona, se tragaba todas las notas.
Los músicos, perplejos, enmudecieron.
Finalizado el concierto estallaron los aplausos.
Asombrada por ese ruido, cariñoso pero inesperado,
huyó del escenario como una liebre.
No pudo agradecer.
Detrás de bambalinas comenzó a vomitar.
Como sabía algo de música,
utilizó su método tan ordenado:
primero las notas enteras, luego las semis.
Odiaba las cosas por la mitad.
El resto ya no tenía importancia.
Todas, de do a si, chocaron contra el fondo…
del inodoro.
Memorizando esos húmedos sonidos,
elaboró la partitura
de su famoso concierto, intitulado:
“Fuga del escenario con acompañamiento
acuoso en lo profundis”

    Saúl Buk  27-04-2017

martes, 25 de abril de 2017

       La mano
Sólo en mi cuarto,
escondido detrás de la pesada cortina,
con el rabillo del ojo la miro.
Me asusta la forma de esa nube:
negra-azabache-oscura tormenta.
Tiemblo.
No sé por qué su contorno me recuerda
aquello de mi niñez.
Ansioso,
como un león que persigue a su presa,
busco otra nube.
La encuentro.
Es blanca, amorfa, casi pura.
Mis pupilas la absorben.
Efectúa inútiles giros,
como si ella fuera un bufón
y yo el rey.
Pero, nada.
Me cubro como un caracol.
Escucho un ruido
por detrás del telón que me oculta.
Espío.
Emerge en el cielo,
la de los tristes colores mezclados.
Desciendo a mi infancia, muy a pesar mío.
pero cuando siento aquella mano,
respiro  tranquilo.
Ya es de día.

  Saúl Buk   25-04-2017 

lunes, 17 de abril de 2017


              Única
Esa transparente lágrima,
temerosa rodaba por tu mejilla.
Hasta que estalló en mil pedazos
apretada por nuestro rojo amor.
Ella lloraba su propio llanto,
de alegría infinita,
de dolor inicial.
No pudo ni quiso esquivar
el apretón de nuestras pieles.
Luego vinieron muchas más,
pero esa fue la primera
y la primera  no se olvida,
Amor.

     Saúl Buk  17-04-2017

martes, 11 de abril de 2017


                      Veo

Veo grises y estáticas  columnas
soportando el clima  de aquel café.
La gente que rodea las mesas
son apenas un auxilio.
A pesar del esfuerzo del “señor de la compu”
que mueve su pié como si pedaleara con furia
una antigua máquina de coser.
Veo a la rubia que se sentó Nefertiti,
frente a su amigo sosteniendo la taza en el aire;
disimula su pié derecho
debajo de su expuesto muslo.
El tipo la mira y se acomoda el cabello;
parece atravesarla…pero no.
Mientras, ella no habla ni bebe.
¡Ah! Una señora toda de negro,
me hace sombra de costado
y le saca una foto a la valija
del señor que la acompaña.
Los demás son ojos sometidos al celular.
Hipnotizados.
Aburrido procuro introducirme
en el pensamiento de ellos.
No encuentro  nada.
¿Me habré contagiado?

    Saúl Buk   10-04-2017

domingo, 2 de abril de 2017


                Tacto

A las yemas de dos dedos
les opuso el pulgar.
Pinzó con fuerza la cucharita
y revolvió el tibio café.
Ansiaba su llegada.
Temblando,
con el dorso de su mano la recorrió.
La disfrutaba.
Distanció sus cansados párpados
y en un amanecer de nieve
aparecieron dos cuencos blancos.
Fue inútil el esfuerzo,
la tiniebla se sostuvo.
No hacía falta más que un dedo
para dibujar su ardiente corazón.
Entonces,
enloquecidos se entregaron al amor.

      Saúl Buk  31-03-2017

martes, 28 de marzo de 2017


          ¿Habrá quien diga?
                  (es sólo ficción)
Que bajo he caído.
¿Te diste cuenta, amor?
Y voy vestido de frac.
Me arrastro por el piso.
¿Lo notaste, cariño?
Y me creo un cóndor.
Estoy consciente de tus falsos halagos.
No me interesa que cuando bajes la mirada,
me digas: “te quiero”,
o que antes de abrazarme,
busques la aprobación de tu entorno.
Me siento un felpudo
suspendido del techo.
Y desde ese lugar te sugiero:
“no limpies más tu barro sobre mi arrugada piel”.
    Saúl Buk  27-03-2017



          ¿Habrá quien diga?
                  (es sólo ficción)
Que bajo he caído.
¿Te diste cuenta, amor?
Y voy vestido de frac.
Me arrastro por el piso.
¿Lo notaste, cariño?
Y me creo un cóndor.
Estoy consciente de tus falsos halagos.
No me interesa que cuando bajes la mirada,
me digas: “te quiero”,
o que antes de abrazarme,
busques la aprobación de tu entorno.
Me siento un felpudo
suspendido del techo.
Y desde ese lugar te sugiero:
“no limpies más tu barro sobre mi arrugada piel”.
    Saúl Buk  27-03-2017


miércoles, 22 de marzo de 2017


            Eterno
Detrás de la oscura sombra
emergió la luz de un sol.
La sombra acongojada,
entendió su estupidez
y lloró.
Sólo la memoria de aquella  lágrima
rodó por la húmeda pared.
El tiempo se encargó
de regresar todo al comienzo.
      Saúl Buk  21-03-2017


martes, 28 de febrero de 2017


         Me duele tu dolor
Frágil jaula ósea
escondida debajo de la piel.
Siento costillas rotas,
las tuyas, en mis entrañas.
El dolor  que araña mis neuronas,
las penetra.
No hay noches ni hay días.
Sufrimiento compartido.
Punzantes agujas me perforan.
Sangre derramada, que no se ve.
Palpita mi corazón.
Apenas respiro.
Rezo con esfuerzo
y pido.
A veces le imploro:
Quítale ese dolor y se quitará el mío.

    Saúl Buk        21-02-2017

jueves, 5 de enero de 2017


                               Gris
                          (cuentema)
El blando ángulo formado por el pulgar y el índice,
comprime sus labios.
Ambos ojos atraviesan  sus lentes
y se estrellan contra la computadora.
Arruga su frente y vacila.
¿La máquina lo provoca?
Bueno, él no le habla, solo aprieta las teclas.
¿Sufren o son de plástico?
 La otra mano se aferra al teléfono móvil.
 El auricular queda aplastado contra su oreja.
Vibra el tímpano enloquecido.
Todo conectado; sin quererlo sacude su calota.
Lo veo en terapia… intensiva.
Mutan las imágenes en la pantalla,
pero el tipo sigue serio.
La mano derecha para el ordenador,
la izquierda para el telefonito.
Repite y repite.
Eso sí, siempre respeta ese orden.
Reacomoda su trasero en la silla.
Ya está apoltronado, casi petrificado;
entonces se dibujan las curvas y parece una S a contramano.
Cuando abandone su internación en este café,
le voy a preguntar si se curó.
¡Ah! y quién le dio el alta.
¿Habrá sido el mozo?
         Saúl Buk  

                               Gris
                          (cuentema)
El blando ángulo formado por el pulgar y el índice,
comprime sus labios.
Ambos ojos atraviesan  sus lentes
y se estrellan contra la computadora.
Arruga su frente y vacila.
¿La máquina lo provoca?
Bueno, él no le habla, solo aprieta las teclas.
¿Sufren o son de plástico?
 La otra mano se aferra al teléfono móvil.
 El auricular queda aplastado contra su oreja.
Vibra el tímpano enloquecido.
Todo conectado; sin quererlo sacude su calota.
Lo veo en terapia… intensiva.
Mutan las imágenes en la pantalla,
pero el tipo sigue serio.
La mano derecha para el ordenador,
la izquierda para el telefonito.
Repite y repite.
Eso sí, siempre respeta ese orden.
Reacomoda su trasero en la silla.
Ya está apoltronado, casi petrificado;
entonces se dibujan las curvas y parece una S a contramano.
Cuando abandone su internación en este café,
le voy a preguntar si se curó.
¡Ah! y quién le dio el alta.
¿Habrá sido el mozo?
         Saúl Buk