domingo, 24 de diciembre de 2017

              Otra vez será
Se estremecieron, las que parecían
desocupadas sillas del bar.
Miré a los agitados fantasmas.
Cada uno en su asiento,
hacía equilibrio para no derramar el café.
Yo ya no estaba sólo.
Desde sus agujeros me sonrieron
 aquellas sábanas blancas.
Ellos veían venir
a la chica del pantalón blanco
que ansiosa observaba las paredes;
 y yo a ella.
¿Intuían que se sentaría a mi lado?
Se acomodó en la mesa vecina.
Esperé.
Extrajo el cable del celular
y lo ensartó con rabia
en el único enchufe que encontró.
Tuve suficiente motivo para ponerme triste.
Choqué tan fuerte mis dos pares de pestañas
que tal vez hicieron ruido.
Desilusionado, abrí mis persianas,
pero ya era tarde.
         Saúl Buk   18-12-2017



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