domingo, 7 de agosto de 2016

                                             Por la mitad
”Estoy en el primer piso del  café, a unos diez metros de la ventana blanca. Toda ella es una cuadrícula vidriosa.
 ¿Qué veo?  
En realidad, ¿qué logro ver?
No lo puedo creer. Observo cómo se desplazan las partes de arriba de los colectivos. Todos cortados al medio.
Yo también pedí un cortado.
La radio sigue sonando. Escribo y escucho.
Con mucho recelo echo un vistazo y veo otro colectivo. Tiene escrito en su techo: Olivos 152.
 La radio me dice: ¿Cuándo bailamos? Me hace recordar a Sunset. Olivos y baile.
 ¡Qué tiempos!
Vicente Lopez-Chacarita, otro colectivo, no sé que número de línea.
¡Qué me importa! Es rojo y negro. Se va el colectivo y veo el cartel de propaganda de una marca deportiva en el frente de un negocio.
Medio florista, entrega medio ramo de rosas.
Medias personas caminan por la vereda de enfrente.
De la cintura para arriba. Camisas, sacos, cinturones, se desplazan por el marco inferior del ventanal.
¿Le quitaran la pintura de tanto rasparlo?
Belgrano-Constitución. Celeste y blanco.
Ahora pasan, el rojo, el amarillo. Nunca pensé que existían tantos colores de colectivos.
No, que chabón que sos, dice la radio.
¿A mí me habla o a quién?
Estoy partido al medio. Me acerco a la ventana. Ahora sí. Lo veo todo completo. ¿De qué me sirve? No sé de qué me sirve.
Pongo mi mano como si fuera una visera, pero sobre la mitad de los ojos.
 Ahora veo la parte de abajo de todo.
Caminan pantalones, polleras y se arrastran zapatos y zapatillas, entre otras cosas.
¿Adónde van? ¿Adónde voy?..

                                                      Saúl Buk  

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