miércoles, 17 de agosto de 2016

                Cita a ciegas
Llegaron casi juntos.
Se sentaron enfrentados
en una mesa del bar del primer piso,
Mientras  saboreaban  el café
las señas convenidas fueron desnudadas.
Él era mayor, canoso y casi calvo.
¿Trataba de seducirla?
Lo que yo no entendía era: ¿Cómo lo hacía?
Ella era una joven rubia de uñas rojas.
El relleno celeste de sus órbitas se clavaba en el celular.
Dos extensiones de sus manos,
se movían velozmente sobre el teclado.
Él hacía lo mismo y sus pulgares temblaban.
¿La comunicación sería siempre virtual?
Satisfacían su ego, mostrando a intervalos,
los rectángulos blancos que asomaban detrás de sus labios.
¡Oh sorpresa!
Se levantaron para darse un beso en las mejillas.
¡Tibio! ¡Tibio!
Se reubicaron en sus sillas
para continuar con su esforzada tarea.
Sus emoticones se reían en serio.
Intercambiaron una mirada cómplice.
Otra vez sus cuerpos abandonaron el formato de la silla,
para estirarse verticalmente.
¿Sería un ritual?
Brindaron con las tacitas de café en alto.
Juntaron sus labios,
resistiendo la carnosa separación.
Chocaron los celulares y se fueron.
                         Saúl Buk   

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