jueves, 18 de febrero de 2016

           Un triste silencio
La nube detrás del cerro,
me espiaba.
¡Qué  atrevida!
Yo la conozco,
es la misma que derramó sus lágrimas
cuando llovió.
Un sinfín de perlas líquidas me acariciaban.
Sólo pude contestarle con letras,
góticas, muy cuidadas.
Fue un amor imposible.
Llegó la noche.
Quité el cerro de mi vista,
pero la nube se había ocultado.
“Mañana no estaré yo”,
le grité desesperado.
Un triste silencio
nos invadió.

    Saúl Buk

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