Gris
(cuentema)
El blando ángulo formado por el
pulgar y el índice,
comprime sus labios.
Ambos ojos atraviesan sus lentes
y se estrellan contra la
computadora.
Arruga su frente y vacila.
¿La máquina lo provoca?
Bueno, él no le habla, solo aprieta las
teclas.
¿Sufren o son de plástico?
La otra mano se aferra al teléfono móvil.
El auricular queda aplastado contra su oreja.
Vibra el tímpano enloquecido.
Todo conectado; sin quererlo sacude
su calota.
Lo veo en terapia… intensiva.
Mutan las imágenes en la pantalla,
pero el tipo sigue serio.
La mano derecha para el ordenador,
la izquierda para el telefonito.
Repite y repite.
Eso sí, siempre respeta ese orden.
Reacomoda su trasero en la silla.
Ya está apoltronado, casi
petrificado;
entonces se dibujan las curvas y parece
una S a contramano.
Cuando abandone su internación en
este café,
le voy a preguntar si se curó.
¡Ah! y quién le dio el alta.
¿Habrá sido
el mozo?
Saúl Buk